Algo no me cuadra mirando a la gente del partido D3M, el como son, como visten, observo su cartel electoral con un corazón dibujado y no me termina de convencer que sean tan malos como dicen. Se comenta mucho en los medios de comunicación que no condenan los atentados. Y yo me pregunto... (imaginemos)¿Porqué condenar algo a lo que se les echa la culpa a ellos sin razón de ser y sin demostrarlo cuando ellos no han sido, ni siquiera sabiendo quien es ETA verdaderamente?
El periodista Javier Ortíz, en un artículo publicado en Kaos en la Red, titulado “La escopeta nacional”, hace unas reflexiones muy interesantes, que reproducimos a continuación, sobre el último atentado de la organización vasca.
No tiene demasiado sentido pretender que la bomba colocada en el Parque Ferial de Madrid por ETA sea una respuesta a la sentencia del TS (Tribunal Supremo) que deja fuera de juego a las dos candidaturas de la izquierda abertzale. ETA nunca ha sido tan instantánea en su capacidad de maniobra. Para empezar, los jefes tienen que ponerse en contacto entre sí cosa nada sencilla, tal como están las cosas, debatir, decidir qué se hace o no se hace y pasar las instrucciones correspondientes. A continuación, los activistas que están sobre el terreno han de examinar la escena del crimen, robar los vehículos que van a ser utilizados, preparar la bomba, montarla, etc. En conjunto, un lío que difícilmente puede montarse de hoy para mañana, y menos con militantes tan chapuzas como los que tienen ahora mismo.
Pero, además de eso, ¿quién ha dicho que la actual dirección de ETA esté muy enfadada por la ilegalización de las candidaturas de la izquierda abertzale? En ese sector hay una fuerte tensión entre quienes son partidarios de plantear su pugna contra el Estado en las instituciones (o en la calle, pero de modo pacífico) y quienes se apuntan a aquello tan viejo de “cuanto peor, mejor”. Así que a saber.